viernes, 28 de enero de 2011

Las Parábolas de Jesús

EL JOVEN RICO

He aquí vino uno a él y le dijo: —Maestro, ¿qué cosa buena haré para tener la vida eterna?
El le dijo: —¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Hay uno solo que es bueno. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le dijo: —¿Cuáles? Jesús respondió: —No cometerás homicidio, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio,
honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El joven le dijo: —Todo esto he guardado. ¿Qué más me falta?
Le dijo Jesús: —Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo. Y ven; sígueme.
Pero cuando el joven oyó la palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —De cierto os digo, que difícilmente entrará el rico en el reino de los cielos.
Otra vez os digo que le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
Cuando los discípulos lo oyeron, se asombraron en gran manera diciendo: —Entonces, ¿quién podrá ser salvo?
Jesús los miró y les dijo: —Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.
Entonces respondió Pedro y le dijo: —He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué hay, pues, para nosotros?
Jesús les dijo: —De cierto os digo que en el tiempo de la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que deja casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o campos por causa de mi nombre, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
Pero muchos primeros serán últimos, y muchos


1.- Completa la párabola del "Joven Rico".

2.- Haz las actividades del siguiente cuadernillo

EL CENTURIÓN

  
Cuando Jesús entró en Capernaúm, vino a él un centurión y le rogó
diciendo: —Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, y sufre terribles dolores.
Y le dijo: —Yo iré y le sanaré.
Respondió el centurión y dijo: —Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra, y mi criado será sanado.
Porque yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mi mando. Si digo a éste: “Vé,” él va; si digo al otro: “Ven,” él viene; y si digo a mi siervo: “Haz esto,” él lo hace.
Cuando Jesús oyó esto, se maravilló y dijo a los que le seguían: —De cierto os digo que no he hallado tanta fe en ninguno en Israel.
Y os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,
pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
Entonces Jesús dijo al centurión: —Vé, y como creíste te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella hora.

  
1.- Completar el cuadernillo. 

miércoles, 26 de enero de 2011

Las Bienaventuranzas




Presentación sobre las Bienaventuranzas

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Bienaventuranzas

Actividades sobre las bienaventuranzas:

1.- Copiar las Bienaventuranzas

2.- Hacer la webquest de las Bienaventuranzas.

3.- Comentar las Bienaventuranzas de los amigos.

4.- Ver explicación de las Bienaventuranzas de Jesús.

5.- Hacer ficha de las Bienaventuranzas